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Luz natural y salud mental: diseño con propósito en la arquitectura consciente

Actualizado: 12 ago

Fotografía: Cortesía
Fotografía: Cortesía

Además de la sustentabilidad, integrar iluminación natural en un diseño arquitectónico impacta de manera positiva en la salud mental de los usuarios.


La arquitectura es una ciencia de carácter multidisciplinario, por lo cual influye de diferentes maneras en nuestra vida. Así, se puede afirmar que un espacio bien construido impacta de manera positiva a quien lo habita en distintos niveles. 


Sin embargo, ¿cómo construir de manera consciente para lograr ese fin? Sin duda alguna, la lista de fundamentos que definen un buen diseño es larga, pero en esta ocasión nos concentraremos en uno: la iluminación natural.



Mucho más que diseño: la luz como elemento vital

Desde la mirada de la construcción regenerativa, sabemos que cada decisión de diseño debe estar alineada con el propósito de generar impacto positivo. El uso de la luz natural en la arquitectura consciente es pilar de buen diseño por varios motivos, pero quizá el principal se deba a que es un elemento indispensable para la vida de varios organismos en el planeta, incluidos nosotros. Entre los beneficios que la luz del sol otorga a los humanos, se encuentra la absorción de vitamina D, el favorecimiento de la circulación sanguínea, la mejora en el estado de ánimo, así como en la calidad del sueño, aumento de la respuesta inmunológica, fortalecimiento de huesos y músculos e, incluso, incremento de la líbido.


La salud mental depende de diversos factores, tanto el social como el personal, al igual que el aspecto físico y emocional. Tomando en consideración que la luz solar impacta a nivel físico, emocional y sexual, no es de extrañar su relevancia en el diseño y construcción de espacios. Si bien desde la antigüedad ha sido un componente de gran peso, en los últimos años se ha revalorizado a partir de la aparición de la arquitectura emocional, enfoque que hace hincapié en la relación entre arquitectura y salud mental. 


Este enfoque se alinea con los principios del interiorismo sostenible y del diseño de espacios con propósito, donde cada material, forma y fuente de iluminación responde a una intención clara: construir ambientes que nos cuiden, nos conecten y nos transformen.


Sanatorio Paimio
Sanatorio Paimio | Alvar Aalto Fotografía: Cortesía

Aunque en este texto no se profundizará de manera específica en el tema de la arquitectura emocional, sí abordaremos justo el interés del impacto emocional de la luz natural en un espacio. 


La luz es un elemento de transformación, simboliza la vida, el equilibrio y el orden. En especial la luz natural. Por tanto, cuando se trabaja en diseño de espacios, es importante entender la diferencia entre iluminación natural e iluminación artificial porque, aunque pudieran parecer intercambiable, su impacto en los usuarios no es el mismo, al igual que su impacto ambiental. 


Todos los beneficios de la luz natural que fueron enlistados no aplican de igual manera con la iluminación artificial. Aunado a ello, algunas investigaciones sostienen que una iluminación artificial inadecuada incluso puede tener efectos negativos en las personas, como fatiga y ansiedad. De tal manera que para hablar de un buen diseño que induzca una mejoría en la salud mental de los usuarios, se requiere priorizar la iluminación natural. 

¿Cómo integrar la luz natural a un diseño arquitectónico?


El factor clave siempre será la orientación. Realizar un estudio profundo del trayecto del sol en el espacio en donde se construirá es un paso fundamental. Una vez resuelto esto, se cuenta con diversos elementos, como el uso de ventanas de distintos tamaños, tragaluces, patios interiores, materiales reflectantes entre otras soluciones arquitectónicas.


El uso creativo y consciente de estos recursos no solo reduce la necesidad de luz artificial, sino que también genera experiencias sensoriales que promueven bienestar, contemplación y conexión con el entorno.


Para terminar, reiteramos que la iluminación natural en el diseño arquitectónico no solo influye de manera positiva en la salud mental de los usuarios, sino que también contribuye a una arquitectura regenerativa. Construir con consciencia y sustentabilidad es la clave para un futuro resiliente, donde la innovación y creatividad son el único límite.  



Y tú, cómo estás dejando entrar la luz en tu manera de diseñar?


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