Tradición y futuro: la relación entre sostenibilidad social y cultural
- Redacción salonambienta
- 30 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 ago
No existe sostenibilidad posible si se mata la raíz: la cultura, la identidad, el territorio. Entre herencia e innovación, la arquitectura consciente construye puntos de encuentro.

Lo que heredamos también construye lo que soñamos. No hay un futuro sin un pasado que nos cimiente. Las prácticas tradicionales contienen una sabiduría silenciosa que se resiste al olvido, de ahí que muchas veces se vuelva a ellas.
El progreso es aprendizaje. Tradición y futuro no son opuestos, de hecho, están ligados. Un concepto que los engloba es el de la sostenibilidad social y la sostenibilidad cultural que, al igual que con los ámbitos económicos, ecológicos y energéticos, son dimensiones que nos permiten proyectar un futuro de arquitectura consciente e integral, crear espacios más justos y habitables.
Hoy reflexionaremos un poco acerca de ambos términos -sostenibilidad social y sostenibilidad regenerativa-, así también, sobre cómo se relacionan con la arquitectura, el urbanismo y el diseño regenerativo.
Primero hagamos una pausa en el concepto de sostenibilidad, el cual se refiere a la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de satisfacer las necesidades del futuro, dicho de otra forma, no consumir hoy lo que corresponde al mañana.

La sostenibilidad social sigue esta premisa, con una fuerte base en el bienestar social, la equidad y la cohesión comunitaria. Sin embargo, el concepto de sostenibilidad cultural le otorga un panorama más amplio, además de necesario en un contexto de globalización y estandarización que, de pronto, parece reducir las identidades culturales individuales.
En la actualidad es importante hacer uso del concepto de sostenibilidad cultural para prestar atención a todas las características que hacen de una cultura, una cultura única, diferenciada de otra.
La sostenibilidad cultural se refiere a la preservación de valores, tradiciones, conocimientos, expresiones artísticas y/o formas de vida propias de una cultura, elementos que no siempre son tangibles, pero sí valiosos. La sostenibilidad cultural contribuye a un enfoque holístico, amigable con la pluralidad de expresiones culturales, al igual que la conexión con el territorio.

Con estos ejes, una arquitectura consciente de diseño regenerativo se convierte en una opción integral para crear espacios que generen beneficios a la comunidad y al ambiente, ecosistemas culturales que promuevan el tejido social y la participación comunitaria en pro de un mañana compartido desde la equidad.
No hay futuro posible sin una base cultural sólida. Al integrar la tradición en los procesos de diseño y construcción, nos abrimos a una arquitectura que no solo es técnica, sino también sensible y consciente de la cultura en donde se inserta.
¿Seremos capaces de construir para nuestro presente y futuro, teniendo presente nuestro origen?
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