Biozanjas: soluciones naturales para ciudades resilientes y regenerativas
- Redacción salonambienta

- 6 sept
- 2 Min. de lectura
Las biozanjas son más que una herramienta de drenaje: representan una forma de reconciliar nuestras ciudades con el ciclo natural del agua. Conoce cómo funcionan y por qué son clave en el diseño urbano regenerativo.

En las últimas décadas, nuestras ciudades han crecido cubriendo el suelo con asfalto y concreto, dificultando que el agua de lluvia siga su curso natural.
Las biozanjas surgen como una solución sencilla y poderosa para recuperar el equilibrio.
Qué son las biozanjas y cuáles son sus beneficios
Las biozanjas o bio-swales son zanjas poco profundas, cubiertas de vegetación, diseñadas para captar, filtrar y conducir el agua pluvial de forma natural. Más que una simple estrategia de drenaje, sirven como un puente entre la infraestructura urbana y los ecosistemas.
Su funcionamiento es simple: el agua de lluvia fluye hacia estas zanjas, donde se infiltra en el terreno lentamente gracias a capas de grava, arena y vegetación. Esto reduce el riesgo de inundaciones, ayuda a recargar los mantos acuíferos y mejora la calidad del agua, ya que las plantas y el suelo actúan como filtros naturales.
Implementar biozanjas en entornos urbanos contribuye a:

Disminuir el calor en las calles y banquetas.
Favorecer la biodiversidad.
Mejorar la estética de la ciudad.
Impacto positivo en el bienestar humano.
Además, son una solución económica y adaptable a diferentes escalas, desde jardines residenciales hasta grandes proyectos de urbanismo.
Arquitectos, urbanistas, paisajistas y autoridades pueden colaborar para diseñar sistemas de drenaje sostenibles que reduzcan la dependencia de redes pluviales tradicionales y promuevan espacios más saludables.
La incorporación de vegetación nativa y áreas verdes asociadas a estos sistemas contribuye a disminuir el estrés urbano, mejorar la calidad del aire y ofrecer espacios de convivencia más agradables.
Biozanjas, elementos importantes en el urbanismo regenerativo
Comenzar a incluir biozanjas en el diseño urbano no requiere infraestructura costosa, sino un cambio de perspectiva: integrar soluciones basadas en la naturaleza en el planeamiento de calles, estacionamientos y parques.

En el contexto de la crisis climática, soluciones como las biozanjas son clave para transformar nuestras ciudades en sistemas resilientes.
Al integrarlas en proyectos de diseño regenerativo, se fomenta un ciclo virtuoso: el agua de lluvia se convierte en un recurso que nutre el paisaje, fortalece la biodiversidad y promueve una cultura urbana más armónica.
Cada biozanja instalada es una inversión a largo plazo en salud ambiental, infraestructura eficiente y calidad de vida.
Incorporar biozanjas es, en esencia, una invitación a que nuestras ciudades aprendan de la naturaleza. No se trata solo de ingeniería: es un cambio cultural que transforma cómo vivimos el espacio público.
¿Y si una “simple” zanja verde pudiera convertirse en el primer paso hacia una ciudad más viva, generativa y consciente?







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