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Guía para crear un huerto en casa con materiales reciclados

Un huerto en casa es más que una fuente de alimentos frescos: es un espacio de conexión, aprendizaje y sostenibilidad. Con creatividad, cualquier rincón del hogar puede convertirse en un ecosistema lleno de vida.


Fotografía: Pexels
Fotografía: Pexels

Cultivar alimentos en casa es un acto de independencia y conciencia ambiental. Un huerto urbano o doméstico ayuda a reducir la huella ecológica, promueve hábitos de consumo responsables y ofrece la satisfacción de cosechar lo que se consume. Al mismo tiempo, embellece los espacios interiores y exteriores con un toque natural que revitaliza el ambiente del hogar.


Por otro lado, además de los beneficios nutricionales, tener un huerto puede ser terapéutico: disminuye el estrés, fortalece la paciencia y fomenta la convivencia cuando se realiza en familia o con niños.


Cómo iniciar un huerto con materiales reciclados


Uno de los mayores atractivos de un huerto casero es que puede comenzar con lo que ya tenemos a la mano. En salonambienta creemos en la segunda vida de los materiales y en su capacidad para despertar la creatividad.


Para crear un huerto con materiales reciclados, te compartimos estas ideas:


Fotografía: Pexels
Fotografía: Pexels
  • Botellas de plástico: funcionan como macetas verticales o contenedores para hierbas pequeñas.


  • Cajas de madera o huacales: ideales para cultivar hortalizas de tamaño medio como lechugas o espinacas.


  • Latas y frascos de vidrio: perfectos para aromáticas como albahaca, perejil o menta.


  • Cartón reciclado: útil como semillero biodegradable, ya que puede colocarse directamente en la tierra al trasplantar.


  • Neumáticos viejos: pueden convertirse en contenedores para plantas más grandes o incluso en bancales circulares.


Recuerda que la clave está en asegurar un buen drenaje. Abre pequeños orificios en los recipientes evita el exceso de agua y mantiene el sustrato saludable.


Fotografía: Pexels
Fotografía: Pexels

Huerto en familia o con niños


Un huerto casero es ideal como herramienta educativa. Involucrar a los niños en el proceso les enseña sobre ciclos naturales, responsabilidad y cuidado del ambiente. Desde elegir las semillas hasta regar diariamente, cada tarea refuerza valores como la constancia y el respeto por la naturaleza.


En familia, el huerto se convierte en un punto de encuentro: una actividad compartida que fortalece vínculos y ofrece una pausa significativa frente al ritmo acelerado de la vida cotidiana.


Consejos para conservar y disfrutar el huerto


Para mantener tu ecosistema saludable, es primordial la atención constante, aunque no necesariamente compleja:


  • Riego controlado: evita encharcamientos y procura una humedad constante.

  • Rotación de cultivos: cambiar las plantas de lugar ayuda a mantener la tierra fértil.

  • Uso de composta casera: restos orgánicos como cáscaras de frutas y verduras enriquecen el suelo.

  • Luz natural: ubicar el huerto en un espacio con al menos 4 a 6 horas de sol directo al día.

  • Diseño estético: integrar el huerto como parte del hogar, con estructuras verticales o jardineras decorativas, genera armonía visual y funcionalidad.


Por otra parte, un huerto casero con materiales reciclados puede representar un cambio profundo: transformar desechos en vida, espacios cotidianos en jardines productivos, y rutinas familiares en aprendizajes colectivos.


Crear un huerto es una forma de arquitectura viva: construir bienestar y regenerar desde la raíz.


¿Cómo podemos, desde el diseño y la construcción, inspirar a que cada hogar se convierta en un espacio donde sembrar también signifique cuidar y regenerar?

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