Guía: Recolección y aprovechamiento del agua de lluvia para uso doméstico en la ciudad
- Redacción salonambienta
- 28 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 ago
Aprender a recolectar y reutilizar el agua pluvial es un acto de cuidado y consciencia. Con estos sencillos consejos, cada gota de la temporada de lluvias será una posibilidad nueva.

El agua no se inventa o se produce, se cuida, se conserva, se honra. La lluvia es un recurso vital que brinda vida; saber cómo encauzarla desde un entorno doméstico, ético y sostenible abre un abanico de posibilidades, en especial en situaciones de crisis hídrica como se ha presentado en diversas partes del planeta.
Aprovechar el agua de lluvia no es nada más una medida eficiente, también es un lazo que nos reconecta con los ciclos naturales. Esta práctica suele ser habitual en entornos rurales, sin embargo, la vida urbana no es un impedimento para ello.
Así pues, en esta ocasión decidimos traer una pequeña guía para recolectar y aprovechar el agua de la lluvia en la ciudad.
Si bien es posible hacerlo de forma super práctica, es decir, con cubetas que dejemos en el exterior al momento de la lluvia, este tipo de métodos tiene como limitaciones que el agua recolectada albergue elementos contaminantes, como basura, polvo o excrementos de animales. No obstante, sí puede utilizarse en tareas tales como el riego, al igual que en la limpieza de pisos.

En cambio, si se pretende reunir una cantidad mayor y usarla para actividades variadas, como inodoros, lavado de ropa o incluso para consumo -humano o animal-, entonces se recomienda otro método que no es complicado, aunque sí requiere algunos pasos adicionales. Toma nota.
Primero, debes instalar una canaleta en el borde del techo, una especie de tubería que dirija el agua hacia un sistema de almacenamiento del tamaño que prefieras, pero que sea capaz de contener una buena cantidad de litros.
Para hacer un primer filtro, se recomienda que el almacenamiento cuente con una rejilla tipo mosquiteros, la cual ayudará a filtrar las suciedades. De esta manera, el agua que recolectes estará más limpia que si hubiera sido recolectada solo en cubetas.

Recuerda mantener el tanque de almacenamiento lejos de fuentes de contaminación y cerrado cuando no sea utilizado, para evitar proliferación de mosquitos o bacterias. Además, se puede clorar el agua reunida para purificarla.
Con esta agua -limpia y clorada-, es posible lavar ropa, utilizar en riego y en diversas actividades de limpieza.
No obstante, si quisieras usarla en consumo humano, clorarla es el primer paso, pero requeriría de un tratamiento más extenso para volverla del todo saludable. En próximas entradas abordaremos el tema.
Para terminar, desde salonambienta, estamos convencidos de que cada hogar puede convertirse en parte de la solución. Cuidar el agua es una decisión ética y accesible, que nos enseña cómo lo cotidiano -regar una planta, lavar una terraza o el patio- se transforma en una acción regenerativa.
¿Y para ti, la tormenta es desastre o posibilidades?
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