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Urbanismo biofílico: ciudades que reconectan con la naturaleza

Más que una tendencia, el urbanismo biofílico es una respuesta urgente frente al cambio climático y la desconexión de la vida citadina con su entorno natural.


Landscape Design of Shanghai Suhe MixC World, China | Lab D+H | Fotografía: Luwei Teng
Landscape Design of Shanghai Suhe MixC World, China | Lab D+H | Fotografía: Luwei Teng

El urbanismo, entendido como la disciplina que estudia, organiza y planifica los espacios urbanos, ha tenido a lo largo de la historia un papel determinante en cómo habitamos las ciudades.


Sin embargo, los modelos tradicionales de planeación priorizaron la expansión, la densidad y la infraestructura gris, relegando la presencia de la naturaleza a parques aislados o áreas verdes residuales.


En contraste, la biofilia, concepto popularizado por el biólogo Edward O. Wilson en la década de 1980, reconoce la necesidad innata del ser humano de vincularse con la naturaleza para alcanzar bienestar físico y emocional.


A partir de esta idea surge el urbanismo biofílico, una corriente que busca rediseñar las ciudades para que la vida natural esté integrada en lo cotidiano, no como ornamento, sino como infraestructura vital.


Origen y características del urbanismo biofílico


Casa Jardines | Stemmer Rodrigues Arquitectura | Fotografía: Gabriel Konrath e Marta Ribeiro
Casa Jardines | Stemmer Rodrigues Arquitectura | Fotografía: Gabriel Konrath e Marta Ribeiro

El urbanismo biofílico surge como respuesta a la urbanización acelerada y a la crisis ambiental global. Tiene como objetivo el recuperar la conexión entre las personas y los sistemas ecológicos mediante proyectos urbanos que promuevan sostenibilidad, salud y resiliencia.


Entre sus principales características destacan:


  • Integración de la naturaleza en el espacio urbano: corredores verdes, techos vivos, jardines verticales y ríos restaurados.


  • Diseño centrado en el bienestar humano: reducción del estrés, mejora de la calidad del aire y aumento del confort térmico.


  • Uso de materiales y tecnologías sostenibles que respetan los ciclos de la tierra.


  • Participación comunitaria, entendiendo que la ciudad es un espacio vivo compartido.


Beneficios y potencial


El impacto del urbanismo biofílico va más allá de lo estético. Su implementación ofrece beneficios ambientales como la mejora de la biodiversidad, la gestión eficiente del agua y la reducción del efecto de isla de calor en las ciudades.


Asimismo, en el plano social, fomenta comunidades más saludables, conectadas y resilientes. Incluso en el plano económico, las ciudades biofílicas pueden atraer inversión y turismo, al proyectar una imagen de innovación y calidad de vida.


Urbanismo biofílico y diseño regenerativo


Parque Little Island, EE.UU. | Heatherwick Studio | Fotografía: Timothy Schenck
Parque Little Island, EE.UU. | Heatherwick Studio | Fotografía: Timothy Schenck

Para finalizar, en salonambienta encontramos inspirador cómo el urbanismo biofílico comparte principios con el diseño regenerativo, por ejemplo, al proponer que la construcción de entornos urbanos no solo minimice el impacto negativo, sino que genere valor para el ecosistema.


Esto significa devolver más de lo que se toma: restaurar suelos, captar agua, mejorar la biodiversidad y, al mismo tiempo, ofrecer espacios de convivencia que fortalezcan la identidad comunitaria.


En un mundo cada vez más urbanizado, apostar por el urbanismo biofílico es apostar por ciudades que no solo sean habitables, sino que se conviertan en verdaderos ecosistemas de vida.

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